Obra de teatro que partió de la pregunta por el origen de la ley y la exploración de un determinado espacio concreto. El recorrido de dos seres por el mundo de abajo en la búsqueda de aquello que nos otorga fundación y fundamentos es la base para una puesta en escena plástica y sugerente. Insertarse en lo profundo, preguntarle a la piedra y convocar a las fuerzas telúricas se convierten en caminos para entrar en armonía con la ley del mundo, una ley que no entenderemos si no estamos dispuestos a escuchar con todo el cuerpo.

 

Montaje ritual que recae en el trabajo con imágenes, movimiento, voz y sonido, prescindiendo de la palabra y procurando una cercanía con el espectador que le permita sentirse parte integrante de la experiencia.